viernes, 14 de octubre de 2022

La escondida

Me gusta ocultar me detrás de cada escrito. 

Este último tiempo he disfrutado las conversaciones ocasionales que se dan con las personas especiales con las que me he cruzado.

A veces se me olvida que cuando escribo tengo completo dominio de mi mismo y mis percepciones. Es así como puedo darme cuenta que hoy ha Sido un día donde he crecido demasiado. Hablé por teléfono con un amigo que se encuentra en valdivia en un festival de cine, me habló de su familia y de como pasa los días en hermosos paisajes que le despiertan la melancolía. Luego tuve una conversación intensa con la persona con quién convivo luego de un desencuentro de ideas que a mí parecer y bajo mi opinión era algo muy fácil de resolver. 

Como me cuesta lo cotidiano y habitar este plano como un ser habitual, me fustre y sentí mucha rabia durante la tarde porque a veces los demás no ven lo que yo estoy viendo y en este caso no se trata de egoísmo sino todo lo contrario.

El luego me escribió de forma personal pidiéndome disculpas y entendí que lo había comprendido, ahora estoy con el corazón más tranquilo y con deseos de conversar.

He tenido la oportunidad generosa de conversar con un ser afín el día de hoy, hablamos de aspectos profundos de la vida y me sentí como en una tarde soleada en Tebas hablando con un amigo dibujando que comprende a cabalidad de símbolos. De hecho conversamos sobre nuestras impresiones sobre el estudio de la cabaña y la historia de los dibujantes desde Egipto hasta nuestros días y sus días, de los maestros.

Agradezco de vez en cuando encontrarme con uno de nosotros con quiénes no podemos tener relaciones tan cotidianas pero si cordiales y amables. A veces se me olvida que andan por ahí, recorriendo el mundo con la misma curiosidad de otros tiempos.

Cuando ambos nos encontramos en una pieza, siento que mi corazón llega a su hogar natal, un hogar donde el símbolo es el sentido mismo de nuestro encuentro y comienzo a sentir como un flujo de energía infinito baja y sube desde mi nuca hasta mis pies y también llega a los dedos de mi mano y vuelvo a sentir como cuando era un niño descubriendo un nuevo insecto.

No todos somos los mismos, no todos al escribir mientras vamos en la micro para observar la grandiosidad del río bio bio en sus aguas.

Estoy emocionado por llegar a casa y hoy me propuse comenzar un viaje la próxima semana para ver a mis amigos de otros lados.

Es necesario llevar el mensaje.

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