lunes, 27 de noviembre de 2017

Alvaro Mutis

¿Para qué el poema?

Es un deber con tu intimidad, con tu alma. No se trata de escribir poesía, sino tu poesía. Dejar en palabras esa parte tan secreta del ser, desconocida para uno mismo, que florece con el poema. El poema dice a otros, pero sobre todo al poeta mismo: “Tú eres esto.” Es un destino que te acompañará hasta el día de la muerte.

¿Se lamenta del destino?

 Mi lucha es con el poema, con las palabras. Mi vida está hecha precisamente de eso, de ir siguiendo el paso del poema. Lejos de lamentarme, ser poeta ha sido una ayuda enorme para vivir.

La esencia...

La poesía tiene que ver con lo sagrado. Escribir poesía de verdad, no escribir retórica, ni cosas bonitas, sino las verdades esenciales que te acompañan, que encierras en el alma, es como una llave de lo sagrado. Escribir poesía es orar. Si el poeta no está orando, no está haciendo poesía, sino retórica, figuras frías, ingenio. Como poeta estoy en contra del racionalismo seco, estéril, contra la esclavitud de lo racional. Lo racional no basta.

Identidad...

Una planta que crece.

Temer...

 El poema va a donde uno no sabe, no puede o no se atreve a ir. Eso es lo que hace el poema. El poema no teme, va.

Hay una aridez a la que es mejor no acercarse...

La miseria está dentro y tiene que salir en el poema. Si no sale, el poema es falso, es manco, sería un poema que ha perdido la agilidad, la soltura para moverse en el mundo de los hombres.

El destino del hombre...

 El destino del hombre no es la felicidad. Hay que saber sufrir y saber que ese sufrimiento nos está formando y nos está dando una plenitud, una cierta verdad sobre las cosas. Prefiero a poetas menos felices, como Baudelaire. Ahí está presidiendo mi estudio. Ahora, si el poeta no es amigo de sí mismo, no puede escribir poesía. Tienes que quererte, con tus debilidades, que conoces mejor que nadie, pero quererte.





martes, 7 de noviembre de 2017

La Balada del despertar


"Cuando un adulto entra en el Mundo de las fábulas, ya no puede salir más".

Vivía en el Mundo mágico, era un Héroe, el principio de este largo relato, lo maravilloso naturalmente formaba parte de su vida de todos los días. En la casa dorada, Yezidi, adorador de lo Oscuro, iniciado en los secretos ocultos más misteriosos, responde ante la pregunta tajante: 

                                               ...."Como todo el Mundo: ser mejores".

Verdad de una simplicidad luminosa que dice mucho más.

 En su comedia humana, somos capaces de decir todo, pero también lo contrario. Lo esencial es abordar la vida como una aventura, con fantasía y júbilo. Todo un arte.

"He querido ofrecerte una emoción, porque llevabas contigo un Mundo fantástico. Dispuesto a surgir en cualquier momento, un gesto imperceptible y se transformaba, improvisaba unos diálogos hilarantes, con que los objetos cobraban vida, y se rebelaban. "

Toda energía en un cuerpo desbordante, Salomón. 

Los años son siempre un poco largos.