miércoles, 22 de mayo de 2019

Sin lugar para los débiles

Ya ha pasado demasiado tiempo desde que te escribo a ti, y te recordé en los tiempos más difíciles cuando entre tanta lluvia y tanto correr se nos olvidaba hablar hacia adentro; y ahora que me lees siendo más viejos nos reímos un poco, en este lenguaje que parece ser hecho de nubes, me detengo a tener cuidado, a ser paciente o absorber el silencio como único espacio verdadero.

 A veces me callo porque pienso demasiadas veces que no es importante, cuando te veo
y recuerdo los ojos amarillos y el fondo azul, entro de nuevo en el juego y puedo decirte algo,
 hoy me voy.

Y no quiero volver más, es más profundo cuando se aprecia demasiado y nos miramos
esforzándonos para que cobre un sentido, si tú estabas del otro lado riendo demasiado,
 y la magia se vuelca eterna y te sentiste demasiado absurdo.

Te hablo a ti, al que olvidaron, y dejaron de lado porque no importaba tanto,
o quizás con el tiempo se les iba a olvidar, se dejan ver
me vuelvo Mar y nubes y ríos, no se deja domar, cae fuerte
el tiempo de los magos se volvió cenizas, en el bosque escondida se ha quedado.

A los de verdad no se les puede ver,
a los de verdad se transforman en cuanto los miras a los ojos
convertidos en árboles o en pájaros, vuelan alto,
una conversación sacada de hace muchos años,
te dije que cuando estaba frente a frente el Mundo se volvía pequeño,
sólo un sonido intenso
la atmósfera de un sueño me recuerda siempre a lo eterno.


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