domingo, 2 de junio de 2019

Más allá del Sol

Los sonidos comienzan a ser nuevos en la gran época de la vida,
ayer en la vieja casa, te encontraste sólo rodeado de sombras, y te escapaste
los símbolos están muertos, el mundo interior se retuerce, lloramos la era.


Vamos al bosque a rodearnos nuevamente de la sabiduría inalcanzable, 
de la infancia inalcanzable, de la inocencia inalcanzable:

Pequeño Sol, nunca te creí más grande que nosotros, aún así, nos iluminaste
y sin perder la esperanza, creí también en el Mar y sus profundidades, en la luna
aquí recuerdo cuando veíamos al Mundo como era realmente, y nos afecta.

La Tierra que pisamos, los viejos árboles, el viento y los truenos fueron necesarios
invocando a un ángel es demasiado para ser sensatos, pero aquí reinamos
altos, enmudecidos, creando.

¿Porqué el árbol se ha vuelto oscuro?
¿Porque el tiempo se tropieza, dejando marcas?
¿El símbolo que te he dado, ha sido necesario?

Una marca insana; un Mundo es demasiado para un árbol. Creciendo, el tiempo para alcanzar la luz, secándose; no nos encontramos. Tantas historias para romper el silencio, las palabras justas en el lenguaje de las aves, la lluvia cubriendo todo el paisaje, volviendo a ser niños; callendo. 


Historias, de niños, que se convirtieron en viejos. Historias, de viejos, que nacieron muy pronto. Sueños, en dónde nos encontramos, todos, siendo los mismo. Abriendo un portal, la pieza al final del pasillo dónde se reúnen las almas que retoman el camino. Te pedimos que hables atravesando un umbral hecho de piedra, sangre y viento. 

¿No quieres vernos? ¿Ya fue demasiado tiempo? ¿Quieres volver?

Desde el Cielo, habitamos el espíritu; cubrimos tus pasos y te miramos, ya no llores al borde del camino, ya no devuelvas la mirada. Hasta pronto, querido amigo; quise dejarte una emoción, y enseñarte un poco de lo innecesario. 





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