lunes, 18 de noviembre de 2019

Para mi amigo más preciado

Siempre se trata de ti:

Hoy salí al bosque, al cerrito verde detrás de mi casa; salí a buscar una flor que me recordará a ti, por suerte encontré muchas y pasé largo rato arrojado en el pasto pensando en nosotros. Llevo harto tiempo visitando este lugar, meditando largas horas, llevando un libro en el brazo buscando la compañía del que escribe, esta vez ya no me siento tan sólo. Quizás tampoco me había dado cuenta, de lo importante que se vuelve esto. Sentir querer vivir la vida, por que un vínculo lo es todo, preciado y tierno a la vez, sentir lindo.

Pensando en ti, un amor que hace bien, un amor para crear.


No me voy a ningún lado, en el bosque oscuro converso largas horas con una serpiente vieja.

Sólo quedan mis raíces, un gran árbol mirando de muy cerca al Sol, buscando luz.

Te entregaré un tesoro, te lo daré todo.

Hombre de corazón delicado, y sin embargo, firme como una roca. Me atrevo a mirarte hasta quemarme los ojos, para que el mismo invisible magnetismo nos influya vigorosamente.

Gozando plenamente con este espíritu juvenil tan culto; y aún tan maleable. No me está concedido a menudo este placer.

Y soy ambos, sintiendo intenso siempre. Subiendo juntos este camino, del despertar.

Nuestras conversaciones nos transformarán, a veces polémicas, ofensivas; otras veces dulces, pero siempre sinceras. Porque es el corazón del hombre, liviano y sin ataduras, lo que nos ayuda a ver con claridad como la naturaleza se llena de esplendor.

Cuando más ahondaba en él espíritu de mi joven amigo, más me dolía saber que un hombre que tanto prometía, alguna vez estuviera lejos de este Mundo.

Este moderno espíritu, alejado de la realidad es lo que amo, la naturaleza humana incontaminada coincidente con la mía.



No hay comentarios:

Publicar un comentario