jueves, 5 de septiembre de 2019

Hombre Bestia

"He tenido que habitar su cuerpo para poder hablarles en la lengua de los hombres bestias."

Esta Carta es para ti, escrita en el idioma de los hombres bestia; la marea eterna que agita tú cuerpo repleto de marcas.

Esta historia que quiere ser distinta, detenerse un momento, o dos. El tenía los labios apretados, se hallaba inmerso, yo que estado tanto tiempo esperando entre barcazas y magulladuras; siempre que te veo a la cara comprendo en ese momento lo que implican los otros seres, que habitan este Mundo tal cual lo habitamos nosotros, perdón he sido un ciego, siempre tan ciego por mi conducta reprochable y odiosa.

A ti te veo ahora sano y no tengo forma alguna de decirte siquiera una verdad, te contemplo frágil y ligero del alma, que es lo necesario para enfrentar un Mundo. Me tengo que ir, me tengo que ir, que ya fuimos muy deprisa y acá ya no existe un lugar para mí ni para ti que te has hecho inmortal.

Te pongo en esta ciudad niño, esta ciudad deshabitada para mis ojos pretenciosos que buscan la Tierra interminable, hasta me quedaría para estallar las posibilidades de este niño Ciudad con su vaivén que aún no se descubre ni ha sido escrito. Como hombre Bestia amo con locura el hechizo de la Ciudad, sus calles tristes de historia y su cultura que haría reír a cualquiera con un poco de lástima. Pero ya no es demasiado tiempo para pretender seguir en lo mismo, esta ciudad tiene que crecer conmigo o sin mí, pero conmigo se hará grande.

Mi paisaje son mis amigos, reuniendo historias siempre es mejor para mí, ayer fui un día intenso en esta ciudad semi escandalosa, siendo serio y grave para darle la importancia necesario, y luego soltarla, libre e inocente. A este niño yo le pondría mil colores en su silueta, hasta que su sombra se vuelva plateada, va caminando haciendo suya la ciudad y sus penas; recorriendo de a poco el contorno de sus luces hasta acabar en historias.

A esta Ciudad yo le pondría nombre de mujer, y cualquier nombre agarraría y lo plantaría como si fuera única ley; que las historias de mujeres tienes todos los sentidos abiertos para disfrutar realmente. Yo que todo lo vi, como Bestia recogo las flores con cuidado y le regalo una a cada una de ellas. A esta ciudad la llamaré Justicia.

Justicia, ciudad de Dioses encarnados, fuiste la concepción de un Mundo nuevo y aquí recreas lo ya creado pero a tu imagen y semejanza. Aquí no andamos tan rápido ni tan lento, el compás necesario para disfrutarnos, hacernos débiles para decir una verdad dolorosa y volcarnos en miel al anochecer. La justicia tiene manos que acarician suave, intenso y se van llenando de armas sutiles para entregar el amor.  Ayer esta ciudad no nos conocía, este niño que ha crecido lo suficiente como para abrir sus ojos y darse cuenta.

Este niño se queda callado, no sabe que decir, no ha conocido una mujer de verdad en mucho tiempo, el alma se ha ido gastando, aparecemos de vez en cuando.

El niño que habla de a poco
dime una verdad que para ti sea un Mundo
yo lloro cuando me encuentro sólo
y no le encuentro sentido a la vida
dime una verdad que sea Real para ti
encuentro un hogar en mis memorias
ha pasado suficiente tiempo
para razonar, entrar en el juego.

A este niño lo espero, va lento y rápido y se cae de vez en cuando, su estado es diferente porque tiene los zapatos rotos y el chaleco viejo. No se inmuta, no quiere cambiar las cosas, las va aceptando en la medida que la vida sea acogedora. Aquí tenemos un ritmo distinta la ciudad esta respirando, esta respirando, de a poco va cobrando vida en este recuerdo, dónde nos encontramos queriendo algo diferente.

La ciudad es inmensa y han crecido unos cuantos árboles hasta el Cielo, creando maravillado habito mi propio hogar lleno de imágenes con alma, y te cuento que veo como la ciudad respira, respira y su corazón late fuerte. Concepción se ha vuelto una Bestia,  con corazón de oro. Sus enfermedades, sus vicios, sus proezas y hazañas que la mantienen viva, quiere gritar, esta ciudad sólo quiere gritar, necesita expulsar su pena, el arte se apodera de todos y cambiamos.

Me quedé descansando un tiempo largo, me volví ermitaño preso de mi conciencia pero claro, espere un tiempo para seguir escribiendo. Ahora los Dioses son distintos, podemos tomarnos con menos seriedad las cosas; ya nada es suficiente.

Contigo tengo que hablar, darme un tiempo de soledad a tu lado, descansar en tú hombro preciado, sentir el humo de un tabaco y una mano amada. Es más simple vivir esta vida si nos limitamos a curarnos a nosotros mismos, aún así te acompaño, estando sereno o enfurecido nada de lo que digo es tan importante ahora. Estando aquí o del otro lado del Mundo seguirás un mito apacible, el amor necesario para cultivar un arte propio. A ti que te veo viejo eres el árbol que sustenta la sabia cálida de la vida, vuelve a tus ancestros, revuélcate en sabiduría que ya quedará el tiempo del descanso eterno.




No hay comentarios:

Publicar un comentario