sábado, 21 de enero de 2017

Desperdiciendominio


¿Tendría que ser bueno? ¿ Agradecer también?
Sorprender a la chica culta
y desinteresada.
No llevarla al cine, sino al cementerio.

Hablarle de la magia de las cosas y
como la realidad se construye con alma.
Después desearla, acariciarla,
entenderla, ir tan lejos...
Y ella sin querer ir tan lejos,
y yo entendiendo, 
y diciéndole sin enojarme,
otros tiempos habrán,
la magia sigue existiendo.

¡Tienes que sentir! 
¡Sentir es hermoso!
y tomarla en mis brazos,
y recostarla en una lápida vieja,
bajo las constelaciones,
fingiendo una vida lejana.

Puedo sentir por las noches,
puedo llorar también,
está bien unos cuantos personajes,
para sobrellevar lo irreal de lo real.

De que otro modo sentirme distinto,
una planta entiende mejor como vivir,
¡Nunca lo vimos!
Después del té...
¿Qué haces para vivir contigo?

Entregado al trago,
y la comida,
hombres barbudos y vida,
¿Quieres realmente a esta mujer?
Y en sus ojos se ve pasar la oscuridad de la luna,
obscena. 

Después de todo este absurdo,
¿Quieres traerme un trago?
¿O quisieras leer algo más?
No soy lo que crees,
pequeño Mundo, así que,
no pretendas entenderme,
Mundo.

Todos yendo a hacer lo mismo esta noche,
El chico del negocio me guiña un ojo...
sabiéndolo,
Y yo tentado a escribir en mi alcoba.

Me quedaría despierto toda la noche,
me sentaría por ahí...
pretendiendo,
y en realidad...

No me puedo imaginar casado con un sueño preso...

Nunca quise estar con la chica más guapa, 
Ingmar Bergman siempre fue imposible,
ella y sus exóticos lujos, sus lunares,
solitario esperando a su amante egipcia. 







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