jueves, 17 de noviembre de 2022

Observando

Hay momentos en que su manera deliberada siento que nace de una incapacidad de comunicar lo que le pasa. Y está manera deliberada, de ser cauto, precavido y sereno, de pronto me parece extraño y hasta sobre actuado. Creo que en esa manera de no mostrarse vulnerable, somatizar las cosas que suceden, no poner los procesos en palabras y confiarnos en un otro es otra manera de parecer algo que no es y de no ser auténtico o sincero. 

Debo aceptar que para mí es cansador, porque a pesar de que intente ocultarlo de todas las maneras posibles, hay cosas que se sienten. 

Me cansa y me agobia sentir ciertas cosas, cuando uno las pone en palabras es más fácil sobrellevarlas pero aprender a decir las cosas es un proceso de toda la vida. En este caso a veces pienso que puede ser una manera de no querer entablar una conversación simplemente, a pesar de que se inventé cualquier excusa para no hablar de forma honesta.

Y a la vez se contraponen dos ideas que lo único que hacen es ponerme entre la espada y la pared. 

De todas maneras tan sólo son percepciones mías sobre la cotidianidad, algunos pueden sentirse identificados o totalmente no. Yo no me siento identificado la mayoría de las veces y esa es mi gran capacidad, el de no estar identificado.

Porque justamente no entiendo esos patrones que se consideran habituales, todas esas capas que ponemos sobre capas. Pero también puedo mostrarme identificado para verme desde el otro lado de la vereda.

Es verdad que yo no quería ser sincero, a veces me daba miedo, lo que pudiese sentir sobre mi, aunque no me imaginaba que está postura al final terminaría por alejarle, quizás profundamente era lo que yo deseaba. También era una manera de evadirme a mi mismo, no ser honesto siempre fue una manera de evadirme, pero pasaba las tardes enteras mintiendo sobre mí.

Quizás ser honesto con los demás generaría un rechazo, porque no quiero aceptar mi diferencia. Pero el es distinto y no se esfuerza. Hay cosas que no quiero que sepa, y cosas que quiero que sepa. Me he acostumbrado tanto a vivir como un juego en dónde puedo pretender que tengo el control de las cosas. Pero no quisiera tener el control de las cosas, quisiera actuar de forma más relajada, y permitirme a mi mismo sentir y dejarme llevar por las cosas que quiero.

Para el es más fácil, porque lo que quiere tiene que ver con lo que justamente nadie parece querer y eso no me agrada. Creo que yo tengo otra naturaleza pero no logro entender porque me atrae tanto. Debe ser un conflicto interno, porque también quiero estar en todos lados, y tengo tantas opciones. Siento expectativas sobre mi, porque debo ser importante para alguien, y eso genera expectativas. He decidido tener ciertas expectativas frente a algunas situaciones, realmente no sé que es lo que quisiera conseguir con esto, aún soy tan joven, y tengo muchísimo que aprender.

Me atraen ciertas cosas, que brillan y se mueven de forma encantadora. Y aunque me sienta mal, no logro comprender con totalidad este malestar. Es desolador, aunque me doy cuenta que a él no le afecta la soledad aunque bastantes veces se siente sólo, sobre todo cuando está rodeado de personas.

Cuando me rodeo de personas me siento lleno y feliz, aunque a momentos me pongo triste y no se porque. Debe ser porque recuerdo un pequeño espacio. 

Estoy muy confundido y constantemente me cuesta tomar decisiones, me siento molesto, me siento desolado. Es como un vacío que nunca logra desaparecer, pero cuando estoy rodeado de personas parece que ya no estuviera.

No sueño pensar mucho sobre todo, prefiero mantener mi cabeza ocupada en cualquier tema. Desde que le conocí el mundo me parece más extraño. No creo que pueda ser honesto, desde el lugar en el que miro el mundo aún puedo elegir muchas opciones y decido arrojarme al mundo.

Yo me arrojo de otra manera, cuando le veo me siento pequeño. No me gusta sentir esa tremenda confusión y me cuesta hablar sobre algunas cosas que para mí son cotidianas en mi espacio siquico.

Pero algunos lugares se cultivan como las huertas y los jardines. Sobre todo en ciertos lugares siquicos. Claramente cuando estás muy cerca de tantas personas te sientes agobiados, pero realmente siento que en ti no viven muchos aspectos tan de este tipo. Al menos cuando estás sólo, en la habitación sólo se siente paz. 

Y también estás triste en tu paz, pero te trae calma, y has comprendido que frente a todo, la calma es amorosa para ti.

Me gusta escribir sobre algunas cosas que las voy soltando y dejando. Y es necesario dejarlas ahí, en el aire, hasta que se sienta mejor, y puedas quedarte en silencio, por el resto del tiempo.

Ahora que estás bien, más claro, más tranquilo, más amable para contigo, hay muchas cosas que dejaron ya de importar. Por eso eres más honesto. Aún así ciertas emociones aparecen de forma más auténtica. O tú dejas que aparezcan, mientras te desidentificas de todo lo que te cansa y agobia y disfrutas.

Te gusta el viaje, pero es difícil compartirlo con alguien más. Tú propio viaje es cálido y reconfortante. En tu habitación vacía, cubierta de blanco y objetos importantes para ti, de muy poco valor para la mayoría.

Me gustaría tejer una bufanda para regalar. 

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