lunes, 25 de febrero de 2019

31

La he visto levantarse nueve veces. No la dejaron caer, a ellos se le volvían entrañas las palabras cuando sabía demasiado acerca de frío y el Sol.

Suave carencia, calló la última gota y apareció. La han creado nuevamente sobre el paradigma de la ilusión, en aquella época de nobles corduras; entre selva y edificios flotantes, la carretera eterna y la velocidad apremiante. ¿Quién podría resistir a la Bestia?

En un sueño veía todo, el camino de oro. De todas formas el advenimiento daría frutos, al Mundo lo veo como quiero verlo. El niño ha vuelto, de cenizas y degollado, aunque en pie mirando fijo a un punto alto. Tiene en sus manos la historia, y ahora habla en una lengua extraña, para decirle algunas palabras de lo que piensa:

Se me ha derramado demasiado el carácter , parecemos incautos
Ahora no te llama a ti, encarna la posición exacta, el loto gira eternamente
¡Ven ahora y ven de manera definitiva! Espigas del silencio

Hace tiempo el Sol intenso quemaba la piel viva, ante la mañana tibia, corazones llenos
Aunque viva en el corazón del Sol, el Imperio iracundo, despertaremos fríos, y calmos
él sabía demasiado y era viejo, aún su niño no estaba preparado; llegaba nuevamente a aprender.

Habitando una Tierra desconocida, hallamos tú camino, llorando, oscuros
el misterio del desconcierto, Dios ante la gran persecución ¡Nadie puede leerla!
el Dragón ha caído desde los Cielo y aún es muy poderoso, ven a mi encuentro
insurrección violenta, nuestra batalla interior y el origen de la iluminación.




Note un tono extraño en tu voz esta vez, me acerque diciendo un poco más de lo necesario, ahora podemos conversar nuevamente; esperando una vida entera. Aun quisiste pensar que ellos sabían acerca de los relatos contados en otros tiempos y que volvían una y otra vez, sin acabar. Ambos lo sabíamos y tú bien; ahora que más clara escribes ante mis plegarias sobre la verdad, te dejo sola, habitando este nicho cercano a lo más real. No te propongas pensar demasiado, sino que simplemente estamos preparados. Sabes una cosas, y siempre es así; he ganado un recipiente de oro en el que bebo el agua más dulce. Aquel camino que ya está viejo pero brilla, te das vuelta desprevenido siempre, un puñado de verdades que te diré antes de irme: Voluntad.


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