lunes, 22 de abril de 2013

Descripción de un estado físico, de El ombligo de los limbos






Una sensación de quemadura ácida en los miembros, el sentimiento de ser un vidrio frágil.  Un inconsciente desarreglo al andar, en los gestos, en los movimientos. Una voluntad tendida en perpetuidad para los más simples gestos,  una fatiga sorprendente y central, fatiga espiritual en la más simple tensión muscular.  La sensación de estar cargando el cuerpo, un sentimiento de increíble fragilidad, que se transforma en rompiente dolor, un estado de entorpecimiento doloroso, de entorpecimiento localizado en la piel, que no prohíbe ningún.  La suerte de ruptura interna de la correspondencia de todos los nervios.  Esta clasificación instántanea de las cosas en las células del espíritu, existe no tanto como un orden lógico, sino como un orden sentimental, afectivo. Que ya no se hace: las cosas no tienen ya olor, no tienen sexo. Pero su orden lógico a veces se rompe por su falta de aliento afectivo. Las palabras se pudren en el llamado inconsciente del cerebro, todas las palabras por no importa qué operación mental, y sobre todo aquellas que tocan los resortes más habituales, los más activos del espíritu. "

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