“El destino ha depositado en mis manos a un joven que puede llegar a serlo todo. (...) Es un hombre muy joven todavía, de talla esbelta, porte distinguido y un rostro de rasgos finos donde sus ojos negros
adquieren una expresión magnífica cuando habla apasionadamente, con una
fogosidad indescriptible, de alguna cosa bella; habla tres veces más deprisa y el
triple que nosotros, mostrando la más viva inteligencia y la comprensión más
abierta”
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