sábado, 16 de diciembre de 2017
Fin
Si concebimos la poesía como confesión íntima, el arte aparece como un camino largo, múltiple, sinuoso, cuya única meta es expresar la personalidad del yo del artista de una manera total, tan minuciosa, tan hasta el fondo de los recovecos personales, que al final ese yo se habría desarrollado y acabado, abrasado y desfogado; sólo entonces vendría lo superior, lo suprapersonal y supratemporal, sólo entonces el arte estaría superado y el artista se hallaría maduro para convertirse en un santo […]. La función del arte, por tanto, en la medida en que afecta a la persona del artista, cumpliría así la misma que la de la confesión. El fin y la meta del artista no serían el arte por el arte o la obra en sí misma, sino la superación, la renuncia, el sacrificio del yo, limitado y prisionero de complejos y sufrimientos, en aras de la tranquilidad del alma y de la santidad; la meta, pues, sería desarrollar el yo personal, convertirse en santo, de tal forma que ya no se reacciona ante el mundo y el tiempo, sino que en su estado anímico, el caos del mundo se transforma en sentido y música, en un Dios todopoderoso.
lunes, 27 de noviembre de 2017
Alvaro Mutis
¿Para qué el poema?
Es un deber con tu intimidad, con tu alma. No se trata de escribir poesía, sino tu poesía. Dejar en palabras esa parte tan secreta del ser, desconocida para uno mismo, que florece con el poema. El poema dice a otros, pero sobre todo al poeta mismo: “Tú eres esto.” Es un destino que te acompañará hasta el día de la muerte.
¿Se lamenta del destino?
Mi lucha es con el poema, con las palabras. Mi vida está hecha precisamente de eso, de ir siguiendo el paso del poema. Lejos de lamentarme, ser poeta ha sido una ayuda enorme para vivir.
La esencia...
La poesía tiene que ver con lo sagrado. Escribir poesía de verdad, no escribir retórica, ni cosas bonitas, sino las verdades esenciales que te acompañan, que encierras en el alma, es como una llave de lo sagrado. Escribir poesía es orar. Si el poeta no está orando, no está haciendo poesía, sino retórica, figuras frías, ingenio. Como poeta estoy en contra del racionalismo seco, estéril, contra la esclavitud de lo racional. Lo racional no basta.
Identidad...
Una planta que crece.
Temer...
El poema va a donde uno no sabe, no puede o no se atreve a ir. Eso es lo que hace el poema. El poema no teme, va.
Hay una aridez a la que es mejor no acercarse...
La miseria está dentro y tiene que salir en el poema. Si no sale, el poema es falso, es manco, sería un poema que ha perdido la agilidad, la soltura para moverse en el mundo de los hombres.
El destino del hombre...
El destino del hombre no es la felicidad. Hay que saber sufrir y saber que ese sufrimiento nos está formando y nos está dando una plenitud, una cierta verdad sobre las cosas. Prefiero a poetas menos felices, como Baudelaire. Ahí está presidiendo mi estudio. Ahora, si el poeta no es amigo de sí mismo, no puede escribir poesía. Tienes que quererte, con tus debilidades, que conoces mejor que nadie, pero quererte.
Es un deber con tu intimidad, con tu alma. No se trata de escribir poesía, sino tu poesía. Dejar en palabras esa parte tan secreta del ser, desconocida para uno mismo, que florece con el poema. El poema dice a otros, pero sobre todo al poeta mismo: “Tú eres esto.” Es un destino que te acompañará hasta el día de la muerte.
¿Se lamenta del destino?
Mi lucha es con el poema, con las palabras. Mi vida está hecha precisamente de eso, de ir siguiendo el paso del poema. Lejos de lamentarme, ser poeta ha sido una ayuda enorme para vivir.
La esencia...
La poesía tiene que ver con lo sagrado. Escribir poesía de verdad, no escribir retórica, ni cosas bonitas, sino las verdades esenciales que te acompañan, que encierras en el alma, es como una llave de lo sagrado. Escribir poesía es orar. Si el poeta no está orando, no está haciendo poesía, sino retórica, figuras frías, ingenio. Como poeta estoy en contra del racionalismo seco, estéril, contra la esclavitud de lo racional. Lo racional no basta.
Identidad...
Una planta que crece.
Temer...
El poema va a donde uno no sabe, no puede o no se atreve a ir. Eso es lo que hace el poema. El poema no teme, va.
Hay una aridez a la que es mejor no acercarse...
La miseria está dentro y tiene que salir en el poema. Si no sale, el poema es falso, es manco, sería un poema que ha perdido la agilidad, la soltura para moverse en el mundo de los hombres.
El destino del hombre...
El destino del hombre no es la felicidad. Hay que saber sufrir y saber que ese sufrimiento nos está formando y nos está dando una plenitud, una cierta verdad sobre las cosas. Prefiero a poetas menos felices, como Baudelaire. Ahí está presidiendo mi estudio. Ahora, si el poeta no es amigo de sí mismo, no puede escribir poesía. Tienes que quererte, con tus debilidades, que conoces mejor que nadie, pero quererte.
martes, 7 de noviembre de 2017
La Balada del despertar
"Cuando un adulto entra en el Mundo de las fábulas, ya no puede salir más".
Vivía en el Mundo mágico, era un Héroe, el principio de este largo relato, lo maravilloso naturalmente formaba parte de su vida de todos los días. En la casa dorada, Yezidi, adorador de lo Oscuro, iniciado en los secretos ocultos más misteriosos, responde ante la pregunta tajante:
...."Como todo el Mundo: ser mejores".
Verdad de una simplicidad luminosa que dice mucho más.
En su comedia humana, somos capaces de decir todo, pero también lo contrario. Lo esencial es abordar la vida como una aventura, con fantasía y júbilo. Todo un arte.
"He querido ofrecerte una emoción, porque llevabas contigo un Mundo fantástico. Dispuesto a surgir en cualquier momento, un gesto imperceptible y se transformaba, improvisaba unos diálogos hilarantes, con que los objetos cobraban vida, y se rebelaban. "
Toda energía en un cuerpo desbordante, Salomón.
Los años son siempre un poco largos.
jueves, 26 de octubre de 2017
Mirarte
"...la cara de mis alucinaciones. Los ojos alucinados. Los rasgos angulosos, tallados por el dolor. El hombre soñador, diabólico e inocente, frágil, nervioso, potente. Cada vez que se cruzan nuestras miradas, me sumerjo en mi mundo imaginario. Realmente, es un hombre alucinado y alucinante."
Sabía que era tan sólo un niño cuando lo conocí,
sabía ser él mismo aunque no supiera realmente que yo le veía descalzo
de pies a cabeza,
su mirada fuerte sentía ese abismo y me decía que quería la aventura de la vida.
Yo lo seguí, era habitual en mi seguir ese tipo de conductas, desarraigadas,
ambivalentes, quería su ser más que nada, su voluntad.
Una tarde dejó todos sus máscaras y se puso a llorar,
el día era frío y esperábamos el tren, aunque él nunca esperaba nada realmente,
viajábamos al Norte, pero él a ningún lado, siempre parecía tan lleno y tan perdido.
Sordo, ciego, mudo, de sus sentidos humanos,
aunque consciente, vivió una vida larga y maravillosa, realmente dentro,
muy dentro, había algo más, que tan sólo palabras,
había un ser que gritaba y reía, que sentía de una forma tremenda,
pero no sabía realmente que era,
aquel pequeño niño que lloraba cuando el Sol no quería salir de él.
Una mañana lo vi desde muy lejos,
él preso de una inmensa calma sobre la montaña, muy alto, muy lejos,
apenas apreciable, tenía una postura erguida, y una mirada más lejana que como yo lo veía
y el sabía,
que siempre estaba ahí y él no, él era esencia, producto, viveza, candor,
yo era fría sobre el manto de la vida.
Aquel Sol que llevaba dentro, nunca salía, nunca era visible,
porque decía él, que le dolía llevarlo, que no podía mostrarlo, porque el peso era enorme,
y era consciente que el peso era profundo, más profundo que algo apreciable,
no debía dejarlo salir a la luz del día,
aún era muy temprano, y le causaría un profundo dolor.
Siempre supe que morir en vida sería algo difícil y aún así sigo en pie caminando cada día sobre mis parpados pesados como el hierro.
Inocencia
Mi pequeño rostro de arena recorre tú luz,
mira como eres, ahora que estás hecho de sal
y que tus manos saben querer.
Hace muchos años escribí una historia,
que alzaba los corazones con tan sólo escucharla,
esta historia no era para cualquiera,
sino para los oídos capaces de oír,
en lo más profundo:
La luz poso la mirada sobre cada pétalo,
nuestros rostros se volvían rectos,
y nuestros ojos grises sobre la más cálida luz del Sol,
calzaban con un espíritu colérico.
Cierra los ojos sobre tus vacíos,
hay un niño de fuego.
Muy joven sentí lo duro y frío de la existencia,
mis ojos vieron el dolor de cerca,
mi corazón seguía latiendo y mi ser se desmoronaba,
déjame morir un minuto más.
Cuando abrí los ojos dentro de la fría muralla de piedra,
sentí la soledad más profunda del Mundo,
y mis ojos se hicieron trizas,
y tuve que ser más fuerte de lo que podía.
No pude gritar cuando lo vi morir a causa de mí,
su pies fríos, la sangre corría en su pecho fuerte.
De niña pude ver, a los que se miran tras la ventana,
rostros sucios, rostros duros, invisibles para mí,
que huía con un tono inseguro,
de mis pies de niño,
de mi inocencia perdida.
Un ser corrompido.
martes, 17 de octubre de 2017
Retrato de un Aventurero
"Soy el Océano Pacífico. El mayor de todos. Me llaman así desde hace mucho. Pero no es cierto que esté siempre así. A veces me enfado y la emprendo con todo y con todos. Hoy mismo acabo de calmarme de la última rabieta. Creo que barrí tres o cuatro islas y destrocé otras tantas cáscaras de nuez, de ésas que los hombres llaman barcos"...
“Yo no tengo enemigos, sólo mis propios intereses”...
miércoles, 11 de octubre de 2017
Cumbre
“A veces también se me acaban las sonrisas para ti, a veces también se me acaban las ganas de escribirte. Pero te quiero, ojalá lo entiendas, siempre te quiero, pero a veces mis abrazos no tienen calor y mi boca no sabe que decir…"
"Abandono de todo plan literario. Las palabras son más terribles de lo que me sospechaba."
viernes, 6 de octubre de 2017
Sara en el umbral
La mujer que ensueña con un velo de razón
que te estremece sobre sus brazos de hiel
con sus cabellos serenos, tranquilos,
infinitos sobre su nuca y su piel.
Mira la razón que cuela sobre sus párpados húmedos
y entiende más de lo que sientes,
te sobrecoge con sus ojos pálidos,
y quiere ser más.
Bajó de un tren para esperarte en su sombra,
que cálido es sentirse de esa manera.
Verla ante la penumbra y saber que te observa.
Llorar fue lo que hiciste ayer.
Me paro ahora frente a tú paisaje.
Bajo esa Tierra sin caminos.
Hay muchas razones para mí para desaparecer.
Ayer yo existía sin saberlo.
En medio de este paisaje la naturaleza es mía.
Una benigna razón gobierna, cuando el origen de las estrellas
es probado sobre nosotros.
Estamos llenos de secretos,
él podría estar un poco exaltado,
sabes que he pasado tiempo sobre el cáliz de fuego,
y es cierto lo que se ha dicho.
Esa abrasadora mirada que intenta decir,
regresemos a nuestro Mundo.
Escribo del ápice de la voluntad,
sé que a veces decirte que ya he vivido mucho no es suficiente,
la experiencia vuelve a mí y también saber comenzar.
En su pecho desnudo vi nacer una luz,
su camino es un poco más brusco,
un poco más absurdo, entre fuego y hiel.
Apresurada entrega, ciñe, su figura tenue.
La marea se torna pesada y la llave sufre.
Se tornan azules los seres que ella ve,
la Mujer que había sido siempre sobre la copa de la vida.
Hacer frente a Sara en el umbral de la inocencia.
Ella camina, y ve profundamente a través de ti.
Cuando pronuncias su nombre aparece en el umbral,
su mirada es dura para muchos,
azules son quienes entienden la décima parte del Mundo,
quienes enfrentan sus ojos, giran en un Mar de brumas.
Espera, tranquila, incauta,
a los pies del jardín, al comienzo del camino.
El caballo ruge, se aploma,
poseído por la voluntad de quien aguarda.
Las raíces calan ondo en quienes tienes los rostros azules,
Sara, es díficil de obedecer a mis instintos,
eres un hombre vestido de oro.
No puedo mentir y no tengo elección alguna.
Destrozó su rostro y se fue a la fuga,
sentir el frenesí, la exaltación, la lucha;
¿Qué de bueno hay en morirse?
cuando simplemente no sabemos que hacer.
Aguarda en el umbral hasta el amanecer,
tú propio amanecer,
que la lluvia del invierno sea tú sangre.
Sara me abrazó y me sostuvo,
cuando caí hasta lo profundo y sostenía mi voluntad,
con temor, con miedo.
que te estremece sobre sus brazos de hiel
con sus cabellos serenos, tranquilos,
infinitos sobre su nuca y su piel.
Mira la razón que cuela sobre sus párpados húmedos
y entiende más de lo que sientes,
te sobrecoge con sus ojos pálidos,
y quiere ser más.
Bajó de un tren para esperarte en su sombra,
que cálido es sentirse de esa manera.
Verla ante la penumbra y saber que te observa.
Llorar fue lo que hiciste ayer.
Me paro ahora frente a tú paisaje.
Bajo esa Tierra sin caminos.
Hay muchas razones para mí para desaparecer.
Ayer yo existía sin saberlo.
En medio de este paisaje la naturaleza es mía.
Una benigna razón gobierna, cuando el origen de las estrellas
es probado sobre nosotros.
Estamos llenos de secretos,
él podría estar un poco exaltado,
sabes que he pasado tiempo sobre el cáliz de fuego,
y es cierto lo que se ha dicho.
Esa abrasadora mirada que intenta decir,
regresemos a nuestro Mundo.
Escribo del ápice de la voluntad,
sé que a veces decirte que ya he vivido mucho no es suficiente,
la experiencia vuelve a mí y también saber comenzar.
En su pecho desnudo vi nacer una luz,
su camino es un poco más brusco,
un poco más absurdo, entre fuego y hiel.
Apresurada entrega, ciñe, su figura tenue.
La marea se torna pesada y la llave sufre.
Se tornan azules los seres que ella ve,
la Mujer que había sido siempre sobre la copa de la vida.
Hacer frente a Sara en el umbral de la inocencia.
Ella camina, y ve profundamente a través de ti.
Cuando pronuncias su nombre aparece en el umbral,
su mirada es dura para muchos,
azules son quienes entienden la décima parte del Mundo,
quienes enfrentan sus ojos, giran en un Mar de brumas.
Espera, tranquila, incauta,
a los pies del jardín, al comienzo del camino.
El caballo ruge, se aploma,
poseído por la voluntad de quien aguarda.
Las raíces calan ondo en quienes tienes los rostros azules,
Sara, es díficil de obedecer a mis instintos,
eres un hombre vestido de oro.
No puedo mentir y no tengo elección alguna.
Destrozó su rostro y se fue a la fuga,
sentir el frenesí, la exaltación, la lucha;
¿Qué de bueno hay en morirse?
cuando simplemente no sabemos que hacer.
Aguarda en el umbral hasta el amanecer,
tú propio amanecer,
que la lluvia del invierno sea tú sangre.
Sara me abrazó y me sostuvo,
cuando caí hasta lo profundo y sostenía mi voluntad,
con temor, con miedo.
miércoles, 4 de octubre de 2017
El Mago
"Me gusta aquella forma de ser, en la que pueden confluir una visión del mundo y postura que de cierta manera genera criterios o hasta caos, el hermoso caos… Aquella intelectualidad que no colecciona datos, sino que emplea lo que tiene a la mano…"
Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.
para escarnecer a mis sueños enfermos.
Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.
Yo me visto de cenizas.
"Pequeño diario, cómo las palabras se pueden repetir en mi mente de tal manera, aunque lo hayas dicho antes, dime que no lo siento, que no lo entiendo, sabes que has puesto las palabras sobre mi boca, porque sólo busco a esa persona que entiende de esa forma. Una mañana desperté y ya era de noche, le dije a todo el Mundo, pero todos creían ver el Sol; cuando pequeña el Mundo era diminuto porque las hormigas caían en el, y ahora conozco y ahora sé; que el Mundo que buscaba en mis cuentos existe en algún límite cuando sientes; sientes que el hogar donde naciste se te hace hielo, y que tienes que salir a buscar el fuego de los hombres"
Sobre tu rostro
¡Quien pondría esas palabras sobre tu boca!
¡Sobre tu rostro, impío!
serpiente que brota y renace;
sabes que sobre tu rostro cae una sombra,
aprecia esa pequeña lucidez del alma:
Sabes una cosa,
pequeño libro;
si miles de soles cayeran esta mañana,
y sólo nosotros entendiéramos lo que esta sucediendo;
ahí sabrías que debes correr sobre tus ojos y mirarme,
porque tan sólo una mente hace falta en este tiempo,
esa que esta dispuesta a crear ventanas
y puertas sobre el vacío entre nosotros.
La piel que te cubre hace de sombra,
un puño de hierro sobre tú hombro,
que frío es el silencio cuando se escucha bien.
Una vez quise ser sincera,
pero todos dieron la espalda al Mundo,
mi sable sabía a sangre y roble,
y bajo las ataduras de un gran Rey, vi el Sol nacer como nunca.
Cuando me convertí en un hombre de historias,
supe contar mejor lo que había sentido,
no de forma real como aquellos hombres,
sino como aquel mito,
del hombre en su castillo,
que vivía preso de un sueño,
y sus días pasaban y sus noches pasaban,
más su sentir se hizo grande y cuando quiso volver,
vio su reflejo en el agua.
Aquel reflejo era gris puro,
y su mirada era dura;
no sabía ya de que se trataba todo esto,
sólo sabía que su guerra había comenzado,
y que su sable empuñado debía morir.
El rey del solsticio de verano vio nacer aquel hombre,
de mirada dura y sable empuñado,
le dio una orden, tan sólo para saber,
que existían seres tal como él,
que entendían más haciendo,
y dando a cabo y morir y nacer.
Sabía que aquella mañana era especial,
porque un hombre murió cuando el Sol nació.
"Sobre mis pisadas,
el suave viento de la mañana,
rocío de lágrimas,
sobre el corazón, un sable".
lunes, 2 de octubre de 2017
Sí
...lo he dicho otras veces, pero no me importa insistir en ello: el verdadero ser ha sido, ha de ser y de estar, siempre, al borde del precipicio. Es la única forma de atrapar lo desconocido, darle forma, hacerlo existir de una vez por todas.
Lo difícil es estar al mismo tiempo que atisbando en el precipicio sostenerte en el filo de la navaja, vivir de un extremo a otro, en el extremo de todo.
Lo difícil es estar al mismo tiempo que atisbando en el precipicio sostenerte en el filo de la navaja, vivir de un extremo a otro, en el extremo de todo.
Pequeño Niño
miércoles, 27 de septiembre de 2017
En el parque
Cuando quise mirarte a los ojos y hablarte de ti mismo:
Imitaría yo tú rostro y tus gestos,
hablaría también, de modo que se creyera un reflejo,
en esto estaba siempre,
conmigo y todos los personajes que vivían en mi cuerpo.
¿Estás preparado para revivir aquellos tiempos?
Estoy a bordo, estamos listos para zarpar,
pero no es tan pronto,
para pretender irnos totalmente de nosotros.
Debes ser múltiple, construirte y recontruirte,
tan sólo con mirar,
ser un músico o un poeta,
entender los modos y las formas,
ser el autor y protagonista,
irradiar y reflejar.
También saber ser,
ser un Maestro y aprender,
todos los finales son también comienzos,
la fuerza y la voluntad.
Empezar en mí y terminar siendo vos.
Imitaría yo tú rostro y tus gestos,
hablaría también, de modo que se creyera un reflejo,
en esto estaba siempre,
conmigo y todos los personajes que vivían en mi cuerpo.
¿Estás preparado para revivir aquellos tiempos?
Estoy a bordo, estamos listos para zarpar,
pero no es tan pronto,
para pretender irnos totalmente de nosotros.
Debes ser múltiple, construirte y recontruirte,
tan sólo con mirar,
ser un músico o un poeta,
entender los modos y las formas,
ser el autor y protagonista,
irradiar y reflejar.
También saber ser,
ser un Maestro y aprender,
todos los finales son también comienzos,
la fuerza y la voluntad.
Empezar en mí y terminar siendo vos.
martes, 26 de septiembre de 2017
Salomón
Salomón era un joven que aprendió a ser mirando las estrellas en el firmamento, sabía leerlas completamente y más aún entenderlas, las desmenuzaba una por una y luego armaba un sinfín de historias y alegres canciones, los niños lo miraban bajo el Sol de la plazoleta de la ciudad.
La muerte de Salomón fue el principio de un final, el niño celeste que nació con mirada perdida. Aquel día de inicios de primavera, era adecuado para comenzar, con tal profundo deseo de sentir. El espíritu de creación se alzo ante los ojos perdidos y Salomón dio un soplo, respiro, abrió los ojos, y empezó de nuevo; a simple vista pareció ser el mismo, pero dentro, muy dentro, algo había cambiado, en lo más profundo ante el amanecer del Sol.
¿Que tienes Salomón? Salomón tenía un rifle que debía disparar, su corazón era cálido, más su mirada se apagaba tras un velo de incertidumbres. En su niñez varias veces había sentido un sentimiento semejante, y cuando recordaba como veía el mundo con esos ojos, sus recuerdos comenzaban a cobrar vida y su mirada se nublaba, se nublaba, para ser más sobre aquel recuerdo.
Salomón había sido creado para entender las formas más simples y más necesarias para vivir dentro de un Gran Mundo de caos. Cuando él miraba al Sol, también nos miraba a todos nosotros. Existía un secreto profundo guardado por la mayor de las voluntades.
La muerte de Salomón fue el principio de un final, el niño celeste que nació con mirada perdida. Aquel día de inicios de primavera, era adecuado para comenzar, con tal profundo deseo de sentir. El espíritu de creación se alzo ante los ojos perdidos y Salomón dio un soplo, respiro, abrió los ojos, y empezó de nuevo; a simple vista pareció ser el mismo, pero dentro, muy dentro, algo había cambiado, en lo más profundo ante el amanecer del Sol.
¿Que tienes Salomón? Salomón tenía un rifle que debía disparar, su corazón era cálido, más su mirada se apagaba tras un velo de incertidumbres. En su niñez varias veces había sentido un sentimiento semejante, y cuando recordaba como veía el mundo con esos ojos, sus recuerdos comenzaban a cobrar vida y su mirada se nublaba, se nublaba, para ser más sobre aquel recuerdo.
Salomón había sido creado para entender las formas más simples y más necesarias para vivir dentro de un Gran Mundo de caos. Cuando él miraba al Sol, también nos miraba a todos nosotros. Existía un secreto profundo guardado por la mayor de las voluntades.
Quien da vida, entiende, que todos existen bajo el mismo velo.
martes, 19 de septiembre de 2017
Alma de niño
Sí, había sido joven una vez, y no un joven común; había soñado con grandes ilusiones, había exigido mucho de la vida, y de sí mismo.
Se paraba frente a todos esperando respuesta, vivía con aceptación su propia debilidad. Entendía que el techo seguía lloviendo y en el ático, la oscuridad enmudecida quería ser verdad. Así que plantaba los pies en la Tierra y seguía, una y otra vez.
Con la mirada fija y la voz alzada, entonaba en un tono grave -me quedo hasta que se vuelvan fuertes, veo la realidad y me veo a mi mismo. La naturaleza, el tiempo y el instante.- No quería ser duro; recordaba aquel cuarto oscuro y su sangre hervía, la mirada se volvía hacia dentro y dejaba de sentir, a veces simplemente miraba al techo, y dejaba que ese sentimiento lo inundará hasta los confines.
Un sueño es tibio. Con el tiempo, aprendió a vivir de otra forma, y a parecer común, a sonreír y a mirar. Tal vez era azul, el invierno sigue luciendo como si todo se llevara. La bromas también eran una forma de parecer real, y las risas llenaban grandes sacos de trigo. Era un joven de verdad, a veces salía, tratando de llenar su mente de ilusiones vibrantes. Y porque todo se va volviendo lodoso, algún día su rostro será de arena.
Se estaba acostumbrando a estar sólo, todo lo que era importante para él, lo enterró bajo un árbol, oscureciendo su rostro. En este mundo inestable, lleno de vueltas y vueltas, incluso si aquello lo matara, era un paraíso optimista.
Sufrió una metamorfosis, menguando una parte; tarde o temprano su rostro se convertiría en arena. Los ojos grises, la voz seca -háceme no ser transparente- . A pesar de lo oscuro de su camino, sería capaz de averiguar, siguiendo el hilo de sus memorias; el hechicero que se convirtiere en un niño. Entonces sería capaz de caminar hacia donde fuera para siempre.
Con el amanecer del Sol, nació un niño, con la mirada de Tormenta. Aquellos eran los últimos días del Sol naciente, los grandes cambios venían desde atrás, el último momento para recoger flores. El corazón del aquel niño era más azul que el Mar, y con el tiempo fue convirtiendo todos esos recuerdos en historias y cuentos. Aquel niño nunca diría un palabra sobre aquel mundo, tan sólo lo haría real.
El joven de oro con los ojos sellados, aprendió de la capacidad de vivir, estando separado por una gran distancia, vivía en el mismo Mundo, el mismo Mundo. Al igual que el Mar y el Cielo. Se aferro a las nubes, para siempre volver. Incluso en el sueño, con una figura polvorienta tras la gran escena de la vida, sabía esperar.
Aquel joven, siempre estuvo vigilante, incluso sobre el tiempo más frágil, incluso fue capaz de existir ante todo. Se preguntaba de vez en cuando, que era lo que cargaba, o lo que simplemente, no pudo cargar. Siempre pudo cuestionarse, sin importar cuantas veces; golpeándose frente a la gran puerta. Era simplemente eso, sentir.
Incluso ahora, el joven mira las estrellas y ríe también. Mira sus manos inmensas en un Mundo pequeño, -está bien si estos momentos pudieran seguir-.
Procesión
(…) y te acomodas a un carácter,
lo siembras,
y preparas un destino. (G.)
Claro, seguimos volviendo
por más, eso es parte del aspecto “humano”
por más, eso es parte del aspecto “humano”
de la procesión. Y hay regiones más oscuras
escritas en lápiz, que deberíamos explorar alguna vez.
Por ahora es suficiente que este día haya terminado.
Trajo su carga de frescura, la dejó caer
y se fue. En cuanto a nosotros, todavía estamos aquí, ¿no?
(J.A.)
(J.A.)
miércoles, 13 de septiembre de 2017
El Tigre - William Blake
¡Tigre! ¡Tigre!, reluciente incendio
En las selvas de la noche,
¿Qué mano inmortal u ojo
En las selvas de la noche,
¿Qué mano inmortal u ojo
Pudo trazar tu terrible simetría?
¿En qué lejanos abismos o cielos
¿En qué lejanos abismos o cielos
Ardió el fuego de tus ojos?
¿Sobre qué alas se atreve a elevarse?
¿Qué mano se atrevió a tomar el fuego?
¿Y qué hombro, y qué arte
Pudo torcer el vigor de tu corazón?
Y cuando tu corazón empezó a latir,
¿Qué espantosa mano? ¿Y qué espantosos pies?
¿Qué martillo? ¿Qué cadena?
¿En qué horno estaba tu cerebro?
¿Qué yunque? ¿Qué espantoso puño
Osa abrazar su mortales terrores?
Cuando las estrellas tiraron sus lanzas
Y mojaron el cielo con sus lágrimas,
¿Sonrió al ver su obra?
¿Aquel que hizo al cordero, te hizo a ti?
¡Tigre! ¡Tigre!, reluciente incendio
En las selvas de la noche,
¿Qué mano inmortal u ojo
Pudo trazar tu terrible simetría?
lunes, 11 de septiembre de 2017
Mi viaje -primera parte-
(8 de Enero, 50 o 60 años atrás, primeros días).
"A mis 22 años y experiencias."
-La obra destinada a trabajar en lo profundo necesita años de soledad-
-La obra destinada a trabajar en lo profundo necesita años de soledad-
Recuerdo ese momento en que leía,
apoyado sobre la ventana que dejaba entrar una luz tenue.
Levantó su mirada, y sus ojos eran tan claros y transparentes como el Mar.
-Pequeño niño- digo- recuerdo siempre esa mirada cálida,
que traspasaba la barrera del tiempo y el mundo.
-Aquí yace el sueño apacible- responde- quien quiera
adentrarse a ese sin fin de misterios y miradas,
deberá abrir el baúl de su verdad.
"Creo que bajo este gran velo que nos cubre,
se teje un mundo hecho de cristal".
Yo veneraba realmente a esa presencia, el torbellino de figuras.
Por eso siento esa extraña sensación de melancolía,
cuando ahora en su ausencia recuerdo esos cálidos días.
Entre la juventud tibia,
intentando sonreír y mirar de forma sincera,
Yo podría a ver quebrantado las reglas,
podría haberme quedado.
Como acontece con los hombres de mirada sincera,
hay una figura para ellos que los marca,
van como guiados hacia los seres que los esperan,
están construidos de materia palpitante.
hay una figura para ellos que los marca,
van como guiados hacia los seres que los esperan,
están construidos de materia palpitante.
Quisiera poder contarle,
toda esa razón que escondía tras sus palabras,
en mi emoción infantil,
en mi inexperiencia dado el tiempo,
le gritaba hacia atrás todo lo que sentía y
él, sólo me miraba con su vista fijada en mis manos,
tratando de decirme algo,
y en un susurro,
todo aquello que tan sólo te hacía sentir,
sentir, íntimamente,
en tu interior,
unos ojos como el Mar.
toda esa razón que escondía tras sus palabras,
en mi emoción infantil,
en mi inexperiencia dado el tiempo,
le gritaba hacia atrás todo lo que sentía y
él, sólo me miraba con su vista fijada en mis manos,
tratando de decirme algo,
y en un susurro,
todo aquello que tan sólo te hacía sentir,
sentir, íntimamente,
en tu interior,
unos ojos como el Mar.
En mis primeros años,
cuando empezaba a aprender sobre la escritura,
y los grandes designios del pensamiento,
nos enseñaban a dibujar, innumerables formas y figuras,
a entender la vida y sus símbolos.
Aprendíamos a escribir sobre toscos trozos de hojas acopladas,
unas con otras, y el delicado uso del pincel.
Pronto me encanté, y desde esa época,
sigo dibujando y escribiendo,
día tras día, noche tras noche.
cuando empezaba a aprender sobre la escritura,
y los grandes designios del pensamiento,
nos enseñaban a dibujar, innumerables formas y figuras,
a entender la vida y sus símbolos.
Aprendíamos a escribir sobre toscos trozos de hojas acopladas,
unas con otras, y el delicado uso del pincel.
Pronto me encanté, y desde esa época,
sigo dibujando y escribiendo,
día tras día, noche tras noche.
viernes, 8 de septiembre de 2017
Para Elisa
La cosas que piensas me hacen creer realmente en una verdad,
acaso no entiendes las consecuencias,
las cosas que dices me hacen querer descubrir,
acaso no entiendes de que se trata.
Me dices que te gusta ver la salida del sol,
solo se necesita mirar en una dirección,
me dices que a veces te desesperas en tu abismo,
que acaso no entiendes de que se trata todo esto.
Usted me dice que quiere ser diferente,
sólo te tendrás a ti detrás de la puerta,
sólo quiero que seas natural.
¿Sabías lo jodido que estoy?
Acaso mi sonrisa te hizo pensar lo contrario,
y sigues estando asustado,
usted me dice que soy mejor,
¿qué es lo que has hecho?
A veces sólo me gusta,
a veces sólo desea,
bueno, almenos estoy tratando
vez lo difícil que es...
Nacido con la mirada y puño sobre todo
tienes que saber
soy un ser con el corazón furioso
no es fácil pequeña.
Ellos son los maestros que me enseñaron a pelear conmigo.
Bajo la mirada después de un rito de fuego.
La muerte la recuerdo bien,
con las manos frías sobre la ejecución,
nunca nos arrodillamos,
nunca nos rendimos.
Muerto, destrozado, aniquilado,
en la batalla de las mil vidas,
escupí sangre sobre el camino de oro,
y he visto tus ojos mil veces sobre el rifle y el cañón.
Ha nacido un rostro nuevo sobre mí,
es cuando tienes que sacar el grito interior,
ven a jugar, ven a jugar
veamos juntos la salida del Sol.
¿Sabes?
Su forma de pensar, dime que color ves.
jueves, 7 de septiembre de 2017
Una vez más
Empieza a sentir el pequeño rose sobre tú corazón...
A cada momento una parte de mí se resbala tras el velo,
he comenzado ha inventar mil mundos para estar en calma,
hace un tiempo, recordé una historia,
de un joven a quien le sonreí,
muy dentro, su mirada posada en la noche, me miraba,
aunque su piel semejaba un azul pálido,
entendía más de la noche y el frío.
Cada vez se encendía con mayor fulgor
la vela que refulgía en su interior,
llevaba una gran nube
sobre sus ojos y sus labios,
y cada vez que el mar gritaba,
llovía también dentro de él.
Varios veces pensé,
que era fácil decir algunas cosas:
"Había un hombre,
de ojos de oro y mirada vacía.
Escondía los mayores secretos,
de su propio reino.
Tal reino era enorme,
y cada noche, cuando dormía,
tenía el mismo sueño:
Venía la inocencia con su traje de plata
y corona de estrellas.
Alzaba la voz y cantaba una canción para él,
él nunca había escuchado nada igual,
contaba a la vez una historia,
que hablaba del Sol, cuando nació,
tenía los ojos color oro, y su mirada perdida,
le costaba observarse a si mismo,
porque no había luz que lo reflejara,
vago mucho tiempo por mil mundos,
buscaba a la Luna tan esperada,
le contaron que estaba hecha de plata,
y sus ojos eran de luz pálida,
su voz era tenue, y su mirada profunda como el mar.
Hizo mil viajes,
y conoció el vacío en las profundidades del Mar,
cuando llegó al final,
ya era un niño,
se posó sobre un manto cálido, que lo cubría profundamente.
-Ahora que eres niño,
puedes nacer de nuevo-,
-dijo la inocencia-,
porque entiendes mejor que nadie
el sentido de todo ser.
El Sol pensó una vez,
y pensó una vez más:
He vivido mucho tiempo,
conmigo mismo y mi luz,
ahora puedo partir nuevamente,
a entender las cosas que me hacen ser,
lo que realmente quiero ser,
y me enseñaran dónde debo estar,
a cada momento que escuche algo en ti.
La inocencia miró al Sol,
y luego de a poco comenzó,
describiendo quien era ella, antes de conocer al Sol:
Luna fui,
acaso pude ser mejor, pensó,
volví mi mirada muy dentro, muy dentro,
y desee ser Mar,
en mi soledad sobrecogí las cosas,
y aprendí a mirar, aprendí a sentir,
ahora nuevamente,
consciente subo al cielo,
para alumbrar sobre la cumbre,
ante los ojos de oro.
acaso pude ser mejor, pensó,
volví mi mirada muy dentro, muy dentro,
y desee ser Mar,
en mi soledad sobrecogí las cosas,
y aprendí a mirar, aprendí a sentir,
ahora nuevamente,
consciente subo al cielo,
para alumbrar sobre la cumbre,
ante los ojos de oro.
miércoles, 6 de septiembre de 2017
Contando de a poco
Como les contaba, habían veces en que lograba pensar en grandes cosas,
hablo de mi infancia, ese territorio escudriñado por mi actual forma muchisimas veces.
Para mí todo era algo mágico,la lluvía que caía en invierno y las ventanas
todas empañadas, una taza caliente y un libro para niños.
De vez en cuando me asomaba al tejado por las noches a mirar las estrellas y contarlas,
en mi cabeza sentía las grandes explosiones sobre el cielo y las naves de múltiples colores.
Hubo un tiempo también en que medité largo tiempo, y me retiré,
poniendo el amor sobre la balanza,
y entendiendo,
los valores humanos.
Entendí al mundo,
conocí su historia a través de cuentos y canciones.
Sobre más edad escribí mi primer poema,
era crudo como las hojas en otoño,
despedía un aire de nostalgia esas épocas,
dónde todos los recuerdos son azules.
La muerte se aproximaba con cada paso...
En un remoto espacio dentro de ti...
Busqué un hogar color caoba,
busque una choza cálida,
creía que el hogar se construía donde se lograba sentir,
para descubrir que sentir no era suficiente,
y a veces dejar de sentir.
A veces se reían, a veces jugaban, a veces sólo dormían.
¿Qué haría yo en el juego de las rosas?
Recuerdo como si hubiese sido ayer,
la primera vez que dejé de sentir,
cada vez más profundo,
cada vez menos.
¿Estás bien...?
Pensarón alguna vez que no importaría,
que lo olvidarían, la infancia no es terreno de cobardes.
De vez en cuando había un ser gris detrás de la ventana,
a veces lucía como un payaso,
con su traje blanco y rojo,
a veces morado.
Pies pequeños, manos blancas,
servilletas de colores coleccionadas en un pequeño libro negro,
la máquina de escribir en la pieza del fondo,
el vidrio poroso que no dejaba vislumbrar el otro lado.
sábado, 2 de septiembre de 2017
-Se da cuenta
Siempre supe de la indiferencia de su rostro, de lo frío de sus palabras, de la lluvia que caía sin parar sobre sus paredes, y de que el vacío sobre sus ojos era profundo y de mar de tormentas. Mil veces quise arrojarlo todo sobre el oro del mundo y seguir, caminando y corriendo a veces más lejos, porque a cada paso más cerca del mundo, mi alma se libera. La historia que cuento no es de ahora, es de tiempos lejanos en que el ser luchaba por un mito, luchaba por su búsqueda incansable, luchaba por la risa y el sentir humano, el verdadero sentir humano.
El verdadero sentir Humano:
Nunca quise ser frío, tampoco arrojarte,
tras varias décadas he empezado a sentir realmente,
desperté en un nuevo mundo reconfortado,
quiero decirte pequeño Mundo,
que eres grande y brillas con la luz
más hermosa que jamás había visto.
Perdón por no escribirte antes,
esque tampoco me había atrevido,
te observo desde siempre y aún no me atrevo
a ser directa,
y sincera.
Muchos te han odiado,
y juzgado,
pero no todos sentimos como el oro del Mundo,
ese que se descubre apenas lo miras,
en sus ojos perdidos,
en el Mar de abismos.
Cuando me acerqué por primera vez a ese Mar,
pensé que podía ser frió,
y antes de todo lo que ocurrió después,
nació el Sol,
dentro mio.
Ahora te veo ante la luz real
la que enaltece,
con sabiduría,
y veo que eres simple,
tan simple en tú necesidad de existir,
que te veo a la cara y sonrío,
de forma llena, de forma completa.
Parece que piensas las cosas pero enrealidad no lo haces
Parece que piensas las cosas pero enrealidad no lo haces
a veces pienso en tú capacidad para vivir
veo tú expresión perdida y a veces con risa
me doy cuenta que sólo genera una luz
en el mundo.
viernes, 1 de septiembre de 2017
Empezar de nuevo
Siempre tuve miedo de escribir,
pensé que la desnudez de sentirse así
era demasiado profunda para soportarla.
Ahora con más años que nunca
y aún con los pies y las manos limpias
veo surgir nuevas formas de mi.
Es verdad que quedar desnuda es una forma delicada de ser.
jueves, 31 de agosto de 2017
Pequeña Alma
“El alma del poeta se orienta hacia el misterio. Sólo el poeta puede Mirar lo que está lejos dentro del alma, en turbio y mago sol envuelto.”
“Vivo mi vida en círculos que se abren sobre las cosas, anchos.
Tal vez no lograré cerrar el último, pero quiero intentarlo.
Giro en torno a ti, antigua torre, giro hace miles de años.
Y aún no sé si soy águila o tormenta o si soy un gran cántico.”
Tal vez no lograré cerrar el último, pero quiero intentarlo.
Giro en torno a ti, antigua torre, giro hace miles de años.
Y aún no sé si soy águila o tormenta o si soy un gran cántico.”
“Por los tenebrosos rincones de mi cerebro, acurrucados y desnudos, duermen los extravagantes hijos de mi fantasía, esperando en silencio que el arte los vista de palabra para poderse presentar decentes a la escena del mundo. Fecunda, como el lecho de amor de la miseria, y parecida a estos padres que engendran más hijos de los que pueden alimentar, mi musa concibe y pare en el misterioso santuario de la cabeza, poblándola de creaciones sin número, a las cuales ni mi actividad ni todos los años que me restan de vida serían suficientes a dar forma. Y aquí dentro, desnudos y deformes, revueltos y barajados en indescriptible confusión, los siento a veces agitarse y vivir con una vida oscura y extraña, semejante a la de estas miríades de gérmenes que hierven y se estremecen en una eterna incubación dentro de las entrañas de la tierra, sin encontrar fuerzas bastantes para salir a la superficie y convertirse, al beso del sol, en flores y frutos.”
"Usted pregunta, yo respondo"
“Usted pregunta si sus versos son buenos... Está usted mirando hacia fuera, y precisamente esto es lo que ahora no debería hacer. Nadie le puede aconsejar ni ayudar. Nadie... No hay más que un solo remedio: adéntrese en si mismo. Escudriñe hasta descubrir el móvil que le impele a escribir. Averigüe si este móvil extiende sus raíces en lo más hondo de su alma. Y, procediendo a su propia confesión, inquiera y reconozca si tendría que morirse en cuanto ya no le fuera permitido .”
jueves, 17 de agosto de 2017
Pequeño Mundo
Cuando trato de escribirte
me confundo entre tu sed y tu sombra
el acantilado que te persigue a la esquina de ese lugar al que llamas hogar.
Cuando te pierdes regresas a mi
con los pies descalzos y la cara recién lavada.
Quien esculpe una piedra construye un muro
tus ojos son brillantes cuando miras lo que hay atrás.
Cuando te escribo también estoy triste
y no te encuentro de una forma tan cercana como quisiera
tus labios son de pétalos si tu corazón así lo quisiera.
La noche cansada te cubre con su velo
aun intentas escribir para ti misma
que el traje que dejaste colgado te sirva para algo
en un mundo mas grande, mas grande...
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